La joven escritora entró en depresión. El verdadero culpable, en ese caso, fue el abuelo que expuso el trabajo de su nieta con mucha pompa. Si ella hubiera sido bien orientada, si hubiera trabajado más el texto, creo que el resultado sería muy alentador, porque la historia era interesante.
Veamos ahora algunos detalles que pueden ser usados para dar fluencia narrativa a un texto de ficción. Los diálogos precisan ser incisivos, demostrar la interacción de los personajes. La figura de estilo llamada enumeración, también puede acelerar el ritmo de la narrativa.
El uso del adverbio de modo debe ser cuidadosamente estudiado, usado de manera estratégica en el texto. Cuando decimos: “cuidadosamente”, la palabra parece interminable. Sabemos, entonces, que el adverbio de modo puede frenar la acción en algunos casos, y puede valorizar la acción en otros. Algo semejante acontece con el gerundio.
Una obra de ficción debe abordar un asunto que refleje la vida humana, los conflictos individuales, amorosos, familiares, grupales. La literatura es uno de los espejos en que se refleja la humanidad.
Las técnicas ayudan a comunicar las ideas, pero el primer trabajo del escritor es crear una historia, apasionarse por ella. ¿Como un escritor podría despertar pasión en los lectores si él mismo no siente pasión por la obra que está escribiendo? Tal vez, sea posible decir que el autor precisa de una buena historia, y que debe contarla de manera astuta para crear el efecto emocional en los lectores, para tocar sus almas.
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Isabel F. Furini escritora, conferencista y poetisa premiada. Orienta el taller “Como escribir y publicar un libro”, en el Solar del Rosario, Curitiba. Autora de varias obras publicadas en Brasil, en idioma português. Destacamos “O livro do escritor”, editorial Instituto Memória, Curitiba, 2009.